Lo vemos en nuestro día a día. Una empresa cuyos trabajadores están motivados gana, y mucho, en productividad. Y es que ésta no sólo viene determinada por la eficacia de los sistemas de producción y/o servicios de la compañía sino, sobre todo, por la predisposición ante el trabajo de los empleados que la conforman. Por ello, es vital contar con un equipo de personas que se sienta motivado a diario durante su jornada laboral.
Algunos de las acciones que podemos llevar a cabo son:
Crear un ambiente de respeto. Éste es el punto más importante. Todos debemos intentar crear un ambiente en armonía en el que la tolerancia sea la pieza clave, tanto entre distintos niveles jerárquicos establecidos como “de igual a igual”.
Cooperar en lugar de competir. Cuando estamos en un equipo debemos de ser conscientes de que todos trabajamos en pro de un objetivo común. Por lo tanto, complicidad, cohesión y sobre todo cooperación son los ingredientes principales para mejorar las relaciones personales y los resultados de nuestro esfuerzo.
Fomentar la autonomía. Cuando los empleados cuentan con responsabilidades propias en su trabajo y tienen vía libre para pensar de forma crítica y proponer ideas terminan por involucrarse más, ya que entienden que que sus acciones y sus opiniones son importantes y tienen una relevancia.
Ayudar a la conciliación familiar. El trabajo debe ser una parte importante de nuestras vidas pero no puede condicionar por completo nuestra vida personal. Desde la empresa podemos llevar a cabo varias acciones como dar la opción de horarios más flexibles o adaptados al horario de los colegios, entre otras.
Tener empatía. Todos los trabajadores, e incluso el propio líder, pueden tener situaciones personales complicadas y debemos tener la suficiente empatía como para comprender su situación y entender las posibles consecuencias.
Construir un espacio físico agradable. Nos pasamos muchas horas al día dentro de la oficina, por lo que hay que procurar tener estos lugares bien iluminados, ventilados, etc. Además, la organización, la limpieza y el confort deben cuidarse al detalle, ya que repercutirán en el estado emocional y en a productividad de los empleados.
Escoger un buen líder . Para ello es crucial que conozca el potencial de sus empleados pero también que se comunique de forma correcta con ellos. Es importante que agradezca su labor y reconozca sus aciertos, así como estimular la retroalimentación, conocer sus opiniones y sus críticas y proponer soluciones al respecto.
Estimulación. Desde la dirección de personal, debemos de crear la sensación a nuestros empleados de que su carrera profesional no se tiene por qué quedar estancada dentro de la compañía, sino que tiene perspectivas de crecimiento y mejora con el paso del tiempo. Además de las recompensas a nivel de estatus o a nivel económico, también podemos estimular a nuestros empleados con la formación, ofreciéndoles cursos de su interés que además consigan mejorar la productividad de su trabajo diario.
Escoger un buen líder . Para ello es crucial que conozca el potencial de sus empleados pero también que se comunique de forma correcta con ellos. Es importante que agradezca su labor y reconozca sus aciertos, así como estimular la retroalimentación, conocer sus opiniones y sus críticas y proponer soluciones al respecto.
Estimulación. Desde la dirección de personal, debemos de crear la sensación a nuestros empleados de que su carrera profesional no se tiene por qué quedar estancada dentro de la compañía, sino que tiene perspectivas de crecimiento y mejora con el paso del tiempo. Además de las recompensas a nivel de estatus o a nivel económico, también podemos estimular a nuestros empleados con la formación, ofreciéndoles cursos de su interés que además consigan mejorar la productividad de su trabajo diario.
Fuente: http://www.exaccta.com