Ya sea que estés en una conferencia de emprendedores, reuniéndote con unos amigos o simplemente conociendo a alguien que conozca a alguien que pueda llevar a tu empresa al siguiente nivel, siempre te harán esta pregunta: “¿A qué te dedicas? o “¿De qué se trata tu negocio?
Ésta es la oportunidad perfecta, no sólo para “vender” tu negocio, sino para conseguir que las personas quieran saber más de ti y de tu empresa. El famoso “pitch de elevador” (o discurso de elevador) precisamente fue creado para esa ocasión.
Un pitch de elevador es una conversación, una forma de romper el hielo, que -con suerte- dirige a un diálogo más profundo acerca de la funcionalidad que tú y tu negocio pueden ofrecer.
En la práctica, típicamente cuentas con 60 segundos (lo que dura un viaje en elevador) para dejar una impresión emocionante, impactante y significativa a quien sea que contactes. Así que debes aprovechar este minuto al máximo. Por eso te compartimos seis consejos para desarrollar y mejorar tu discurso:
1. Haz que les importe. La gente puede ser agradable y generosa, pero muchas veces se trata de que sencillamente respondas a la pregunta, “¿Qué puedes hacer por mí?” Para llegar a este punto, preséntate y dirígete a un problema en particular. Explica los beneficios que tu negocio puede ofrecer, que finalmente es la solución. Personaliza el problema de la persona, conviértelo en una pregunta y dale la mejor solución: tu empresa.
2. Facilítales unirse. Si has trabajado con algunas marcas de renombre o incluso con la competencia de la persona a la que diriges tu pitch, no dudes en mencionarlo. Esto ayuda a mostrarte credibilidad y el hecho de que estás creciendo. Si la competencia de la persona no está usando tus productos o servicios, la pregunta es ¿por qué no? Para un inversor, ser capaz de atender a los clientes (especialmente a los de alto perfil) demuestra tracción.
3. Déjalos queriendo más. Los pitches de elevador deben ser cortos, así que no intentes empaquetar mucho en ellos. Sólo entrega un par de detalles, pero nada que pueda ser internalizado o confidencial. Explica tu experiencia, por qué estás capacitado para la ejecución y un panorama general. La ‘receta secreta’ debe guardarse para después. Todo lo que requieres hacer es demostrar que sabes exactamente qué estás haciendo.
4. Ten un llamado a la acción. Hiciste tu pitch por una razón, ¿no? No importa si querías conseguir una inversión o ganar un nuevo cliente o empleado, haz saber tus metas. Si estás levantando dinero, comunica cuánto necesitas y cuánta participación estás dispuesto a dar. Si intentas ganar un nuevo cliente o empleados, explica exactamente qué esperas de ellos.
5. Sé natural. Siéntete cómodo con tu pitch. No quieres sonar como un programa pregrabado. Ten pasión, pero muestra control; y sobre todo ¡relájate! Si te equivocas, sonríe y vuelve a empezar. Practica cuanto puedas y eventualmente conseguirás el pitch perfecto para ti.
6. Ponte a prueba. No todos podemos dirigirnos a las grandes ligas desde el principio. Además, es bueno recibir cuantas retroalimentaciones sean posibles. Acércate a posibles mentores y a personas influyentes en tu industria y pídeles su consejo sobre qué puedes mejorar para ser más convincente.
Fuente: Entrepreneur.