El CEO de la primera escuela de ingles online expuso a mas de 2,000 emprendedores salvadoreños las herramientas para mejorar sus negocios
Open english es la empresa que nació en el apartamento de Andrés Moreno en Venezuela, hace mas de 10 años, sin ningún capital pero con mucha proyección para triunfar; Moreno emprendió un negocio que hoy en día se convirtió en un gran éxito, en el que ahora están inscritos unos 500,000 estudiantes y es valorado en más de 350 millones de dólares.
Pero como logro este gran éxito, el mismo dio las siete claves del éxito a unos 2,000 emprendedores que participaron del segundo Foro Pymes organizado por la empresa Tigo.
La primera clave: la idea. Faltándole nueve meses para graduarse de la Universidad, Moreno pensó en enseñar el idioma inglés a otras personas a través de un nuevo método. Dejó la universidad y comenzó a trabajar por su idea. “Las ideas solo son el 2 o el 3% de todo. El resto es trabajo”, dijo.
La segunda clave es el producto: para volver concreto su proyecto, Moreno tuvo que pensar en la mejor manera para impartir esas clases a otras personas. ¿Cómo hacer para contratar a personas nativas de Estados Unidos para que dieran clases? Cuánto costo requeriría ese proyecto?
Y ahí fue cuando llegó a la tercera clave: definió su mercado objetivo. Se dio cuenta de que muchas personas que querían aprender inglés no podían hacerlo porque les limitaba el tiempo, el tráfico, el aburrimiento de las clases y lo tedioso de aprender la gramática. En ese momento definió que la mejor herramienta para enseñar era el internet, que ya en 2007 se había vuelto accesible para una gran mayoría en América Latina. Moreno estudió sus perfiles y diseñó una plataforma para que todas las personas pudieran aprender inglés de una forma interactiva desde cualquier parte del mundo.
Una vez definido su producto, llegó la cuarta clave: la competencia. No era el único que quería enseñar inglés a través de internet. Plataformas como YouTube también estaban a disposición de la gente. “Hay que entender a la competencia y saber que todos los negocios son distintos”, dijo.
La quinta clave fue la más importante: el modelo de negocios.
Moreno contó que al inicio nombró a su empresa como “Thinkglish” y que el modelo para generar rentabilidad era crear una página que se mantuviera con publicidad. “No vendimos ni un dólar”, recordó entre risas.
Luego, cambiaron al modelo “freemium”, con el que ofrecía sus servicios de forma gratuita por un tiempo y luego cobrarían una membresía. También cambiaron la marca del proyecto a “English180”, pero el modelo de negocios tampoco funcionó.
Finalmente, probaron con un servicio por suscripción y cambiaron el nombre a “Open English”, con el que aún se mantienen.
Este fue el modelo que más se apegó a lo que hacían y que le generaba más rentabilidad. “El producto no cambió, pero sí el modelo. Hay que buscar el indicado. Nosotros casi morimos en el intento”, dijo a los emprendedores.
La sexta clave para lograr el éxito fue la captación de clientes. Open English comenzó con anuncios de televisión de bajo presupuesto. ¿Recuerdan a Wachu traduciendo pollo por “chicken” y repollo por “re-chiken”? Moreno dijo que esos primeros anuncios costaron muy poco, pero a medida que el negocio avanzaba, buena parte de su presupuesto lo destinaban al marketing a través de diferentes plataformas: televisión, internet, redes sociales, etc.
“Hay que ver qué canales de mercadeo son la mejor opción para tu producto”, le recomendó a los invitados.
La séptima y última clave del éxito es la más difícil: el financiamiento.
Moreno contó que los primeros incentivos financieros para sus compañeros de proyecto fueron el arroz, las caraotas (frijoles) y la carne mechada que cocinaba una señora en su apartamento. Otros de sus amigos también tenían como incentivo jugar Nintendo Wii y luego se ponían a trabajar sin recibir pago alguno.
Después consiguió dinero de un banco de Venezuela, con el que pudo pagar las tarjetas de crédito y otros gastos. Pronto se le acabó el dinero, así que se fue a San Francisco (EE.UU) a vivir con un amigo que estudiaba en Silicon Valley.
Durmió durante un año en el sofá del estudio de su amigo y cuando estuvo a punto de desistir, lo invitaron a un retiro espiritual en el que conoció a John Williams, que dirigía “Angel Investors”, una organización que reúne dinero para proyectos de negocio. Ahí le llegó a sus manos un cheque por $50,000 con el que siguió financiando su proyecto. En el camino también consiguió el apoyo de otros inversionistas, entre ellos, dos salvadoreños de la familia Esersky y Salaverría.
Después de haber pasado las siete etapas, Moreno por fin comenzó de lleno su proyecto que ahora está valorado en más de $350 millones. ¡Éeeeexito! “Hay que avanzar lo más que uno pueda con su plan de negocio antes de buscar capital externo”, le recomendó a los emprendedores.
El gran esfuerzo de Moreno y sus ganas de luchar por su plan de negocios, es una prueba de superación, de emprendimiento y de confianza. No rendirse nunca es una de las grandes claves para emprender y crear desde cero tu negocio porque el dinero es solo una pieza para armar tu rompe cabezas.