El Design Thinking está cambiando el mundo del marketing desde hace 10 años. Productos como iPhone, Uber, Airbnb, Instagram, Snapchat, Spotify y Nest fueron creados bajo este concepto, pero ¿en qué consiste?
El Design Thinking es la conexión que existe entre tu producto y servicio con lo que el cliente realmente necesita. Para ello, debemos conocer las necesidades del público al cual nos dirigimos y crear una estrategia que satisfaga esas necesidades a la vez que se empatiza con los usuarios. Conocer lo que los motiva y molesta nos permite darles una mejor experiencia de consumo.
Para ello, se cuenta con una serie de pasos:
Empatizar
Debemos investigar el comportamiento de nuestros consumidores y comprender cuáles son sus necesidades. Debemos tomar en cuenta su entorno y realidades así como de estar al tanto de lo último en tendencias sociales, tecnológicas y económicas/de mercado.
Definir
Una vez completada la fase anterior, debemos identificar dónde están nuestros problemas a fin de poder reestructurar nuestra línea de negocio, productos o servicios.
Idear
Nuestros clientes tienen un problema y es nuestro deber darles una solución. Debemos idear soluciones innovadoras en base a la información que ya tenemos.
Prototipar
Ya tenemos la idea, ahora es momento de materializarla. Para ello podemos crear un prototipo (un bosquejo, modelo o una simple caja) que nos permita visualizar de forma un poco más tangible nuestra idea a fin de ver cuán bien funciona como solución, qué debemos mejorar o refinar.
Testear
Ya los probamos nosotros ahora le toca a nuestros usuarios. Ellos serán nuestra mejor guía para identificar las fallas que debemos resolver, qué debemos mejorar o qué podemos implementar.
Si bien puede parecer algo muy extenso, el cumplimiento de estas fases nos permitirá dar con la solución ideal e innovadora a lo que nuestros consumidores necesitan gracias a la recolección de información que ejecutamos de inicio a fin.
