Desde siempre, la imagen que proyectamos de nosotros mismos a los demás ha sido un tema de vital importancia, ya sea desde el punto de vista personal (“¿Qué piensan de mí?”) o desde la perspectiva social (como la imagen que los reyes tenían ante su pueblo, por ejemplo). Hoy día eso no ha cambiado aunque las perspectivas sean numerosas.
Si contamos con una empresa, nueva o vieja, la imagen que la misma tiene es importante. Somos una marca.
Una marca, como ya dijimos, es la imagen que nuestra empresa proyecta en sus consumidores. Es la forma en que ellos la ven, la manera en que la empresa se define tanto con sus productos, el público algo que va dirigido e incluso el trato que le otorga. Es allí donde el branding toma acción.
El branding es la administración de marcas. A través de estrategias estructuradas, este proceso busca, a largo plazo, crear expectativas e ilusiones hacia tu marca. Los consumidores siguen siendo personas, no debemos olvidar esto, y, como tales, la emoción juega un papel importante en sus vidas: ¿qué les hace sentir nuestra marca? ¿Les da confianza? ¿Les crea ilusiones? ¿Tienen opiniones positivas?
Lo que los consumidores o futuros clientes sientan de aquello que ven es fundamental en el branding, puesto que busca crear un vínculo emocional hacia nuestra marca de forma que la imagen general sea positiva. No es lo mismo vender celulares que la posibilidad (¡es un hecho!) de conectarte con tu familia y amigos sin importar la distancia. Lo emocional y los beneficios de nuestros productos deben ir de la mano.
El branding cuenta con tres aspectos vitales que toma en cuenta al momento de la gestión:
- ¿Por qué?: es la razón de ser de nuestra marca. ¿Por qué debe estar allí? El motivo debe estar definido y ser lo suficientemente sólido para distinguirnos entre nuestros competidores.
- ¿Cómo?: esta es la parte en la que definimos las estrategias para hacer llegar nuestro negocio a las personas: esto incluye no solo, literalmente, las estrategias para darnos a conocer sino también el trato que les damos a nuestros clientes. Es la construcción de la imagen.
- ¿Qué?: es lo que ofrece nuestra marca. Ya sean productos o servicios, a fin de cuentas, es necesario este vértice del triángulo para que todo fluya en armonía.
Fuente: Branderstand.
